¡¡Bienvenidos!!

Hola, me llamo Ana, y espero que os guste este espacio, donde comparto mis cuentos inventados por mí. También espero que disfrutéis leyéndolas. Un saludo.

17 de junio de 2012

Soñando realidad

Era tarde, las doce de la noche. La calle estaba oscura, alumbrada por una tenue luz, proveniente de un vieja farola. Clara estaba empezando a tener miedo. Su cita con aquel chaval unos cuantos años mayor que ella había fracasado. No tenía ganas de nada, solo quería irse a casa. Pero sentía algo detrás de ella, como si la persiguieran, y no le gustaba nada. Echó a correr y esa sombra detrás suya continuaba estando ahí, pero cuando se daba la vuelta no veía a nadie, incluso cuando miraba de reojo. Al llegar a casa se sintió aliviada. Le dio las buenas noches a sus padres y al gato. Se dirigió a su cuarto y luego se acostó. Estuvo pensando en lo que le había ocurrido, y llegó a la conclusión de que solo fue el estar sola de noche, que le produjo alucinaciones. Se durmió y tuvo un sueño muy extraño. Soñó que la descuartizaron, pero ella seguía viva y un tipo le cortaba la nariz con cuchillo y tenedor y se la comía, pero ella no sentía dolor.
A la mañana siguiente como siempre hacía llamó a su gato para darle su desayuno, una lata de estofado de carne, pero este no acudió a ella. Probó a llamarle más veces, pero no había respuesta. Decidió ir a buscarlo y cuando lo encontró no podía creer lo que le pasaba. Estaba muerto, tirado en el suelo en medio de un charco de sangre y decapitado. Llamó a sus padres y se echó a llorar. Estaba claro que no podían salvarlo así que al día siguiente lo enterraron. Ella estaba destrozada. De repente escuchó el teléfono. Lo cogió y preguntó quién era, pero solo obtuvo por respuesta:<<Dentro de siete horas morirá tu padre>>. Ella no se lo creyó y colgó. Efectivamente eso pasó. Su padre murió de un paro multiorgánico. Clara se quedó en blanco. Se acababa de dar cuenta de que la persona que la había llamado hacía siete horas no le había mentido. Pero el teléfono volvió a sonar. Esta vez, aquella extraña voz le avisó de que su madre y toda su familia iba a morir dentro de 20 minutos. Y otra vez se cumplieron sus palabras. Iban el el coche y en un grave accidente murieron sus abuelos y su madre, pero ella solo quedó herida. Cuando se recuperó a las dos semanas de haberle pasado todo esto. Volvió a sonar el teléfono. Ella no se imaginaba que fuera otra vez aquella voz. Al descolgarlo y escuchar solo ''Hola'' dijo de repente:<<¿Qué quieres de mí?, ya no puedes arrebatarme nada más, no me queda nada>>. Pero la voz le contestó:<<Sí que puedo; dentro de 5 minutos morirás, de la forma más cruel que podrías imaginarte>>. Clara colgó el teléfono y se echó a llorar. Cansada de todo cogió un cuchillo y dijo:<<No puedo esperar 5 minutos para averiguar de que hablaba ese tipo>>. Pero no se dio cuenta de que habían pasado cuatro minutos y medio, y justo en el minuto 5 se clavó el cuchillo. No había caído en la cuenta de que la voz tenía razón, a los 5 minutos ella había muerto también.
Clara se despertó. Todo había sido un sueño. Bajó corriendo y vio a su padre, a su madre y a su gato. Los abrazó y sus padres le preguntaron  que a que venía tanto cariño de repente. Ella respondió que nunca los había querido tanto y que no se volvería a separar nunca más de ellos.
A los cinco meses, pasó todo lo ocurrido en el sueño de Clara. Pero no solo le pasó a ella, sino a todas las niñas de su edad.

8 de marzo de 2012

María Pimiento

Érase una vez, una niña llamada María. Tenía un gran nariz, y a menudo se metían con ella. En el colegio le cantaban:''Ahí viene María, ahí viene María; que tiene la nariz como un pimiento.'' Ella se ponía muy triste, porque era una niña muy guapa, pero su nariz, tal vez un poco grande. Cuando le cantaban eso, ella se ponía a llorar desconsoladamente. Todos los días llegaba a casa muy triste y su madre le preguntaba qué  le pasaba. María no se lo decía nunca, pensaba que cualquier día dejarían de decírselo. Pero no fue así. Transcurridos 2 meses, cada vez que llegaba al colegio por la mañana, le cantaban la inventada canción. Ese día ya no podía aguantar más los insultos, y optó por contárselo a su madre. Cuando esta la oyó, se puso de los nervios y decidió que al día siguiente, acompañaría a su hija a la escuela. Llegaron a la escuela, y las dos observaron como los niños cantaban:''Ahí viene María ahí viene María, que tiene la nariz, como un pimiento.''
 Su mamá, a la hora de entrar a clase, le contó a la señorita lo que pasaba, y esta se enfadó mucho con los alumnos que insultaban cantado a María, y los castigó. Uno a uno fueron pidiéndole perdón a María y diciéndole que estaban muy arrepentidos. María los perdonó y todos volvieron a ser amigos de María. Ya nadie la insultaba ni se metía con su nariz. Ya volvió a ser feliz, como tanto había deseado.